CONCURSO DE RELATOS
NICK: NikiSonrisas
El verano del año 2008 yo me disponía
a pasar las vacaciones con mi familia en un pequeño pueblo de
Burgos, Padrones de Bureba. Al llegar allí y saludar a toda la
familia, mi hermana, primos y yo nos fuimos a dar una vuelta por el
pueblo. Al llegar a la plaza vimos un pequeño cachorro de apenas 1
año que correteaba por la plaza y el frontón . Nos acercamos a el y
se puso a jugar con nosotros sin ningún problema. Siempre andaba por
allí… era el perro de un señor que vivía detrás de el frontón.
Siempre que podíamos jugábamos con el… Y en realidad, nunca
llegue a pensar lo importante que sería aquel perro para mí en un
futuro.
Pero al final del verano el pueblo
quedaba vacío, exceptuando 3 o 4 personas que vivían allí
permanentemente. Asi que cada uno volvió a su ciudad, hasta el
próximo verano.
Al año siguiente al volver de
vacaciones allí, y dar el típico paseo de reconocimiento de cosas
nuevas, vimos un perro considerablemente grande, con las patas
blancas, la punta del rabo blanco y una característica mancha blanca
en el morro. Ya no nos acordábamos de aquel cachorrito del verano
anterior. Y al preguntar por el nos dijeron que era Odín, el perro
del señor que vivía detrás del frontón. ¡Había crecido
muchísimo en tan solo un año! Seguía correteando por el pueblo y
jugando con todo el que se ofreciera. Siempre que podía le llevaba
lo que nos sobraba en casa de comer asÍ que poco a poco empezó a
seguirme hasta casa o si iba a dar un paseo el venía siempre detrás.
Una auténtica maravilla de perro. Pero el verano volvió a acabarse
otro año más… Y con ello todos volvimos a nuestras ciudades y él
se quedo allí.
Y después de el otoño, invierno y
primavera llegó el verano del 2010. Pero esta vez yo si que me
acordaba de aquel perro. Nada más llegar al pueblo pregunte por el y
entonces me enteré de que su dueño le tenía atado porque se había
peleado con otros perros del pueblo. Así que fui a verle… Y cuando
le vi .. se me cayó el alma al suelo. Estaba atado con una cadena
de apenas 2 metros de longitud, rodeado entre sus propios excrementos
y con la tierra llena de hoyos que el provocaba supongo que al
intentar enterrar los excrementos. Estaba bastante delgado y entonces
descubrí que su dueño no le hacía demasiado caso. Desde el primer
día que llegue al pueblo ese verano siempre que podía iba a verle.
Le cambiaba el agua o se lo llenaba porque el con su propia correa
sin querer tiraba la lata en la que se la ponía. Le llevaba todo lo
que sobraba en casa y me quedaba allí con el a mimarle. El cada vez
que alguien iba a verle se volvía loco de felicidad. Saltaba sobre
ti, te lamía, se pegaba a tus piernas dándote cariño y buscando un
poco de mimos. ¿Pero que pasó?… que volvió a llegar el maldito
fin de verano. Así que desgraciadamente no le volvería a ver hasta el
verano siguiente.
Cuando (¡porfin!) llego el verano de
2011 solo pensaba en el día en que llegáramos al pueblo y pudiera ir
a ver como estaba Odín. La sorpresa fue cuando nada más pisar el
pueblo y correr hacia donde estaba el le vi en los huesos,
literalmente, lleno de garrapatas y tábanos que rodaban sus orejas
llenas de heridas… Ese mismo verano su dueño falleció y hablé
con una amiga que me ayudaba a cuidarlo. Como nadie podía hacerse
cargo de el tuvimos que llamar a la protectora. Y me dijeron que se
lo llevarían al día siguiente. Nada más levantarme me vestí y fui
a verle… Pero ya se lo habían llevado.
En el transcurso del año me enteré
donde lo habían llevado y me propuse ir a verle en cuanto pudiera.
La semana santa del 2012 tras mucho insistir convencí a mi madre de
que me llevará hasta la protectora para verle. Después de una hora y
media de viaje y mil vueltas tras perdernos, vimos a mucha gente
paseando perros por la zona por lo que supuse que ya estábamos
llegando. Empecé a mirar por la ventana, nerviosa y ansiosa por
verle, hasta que en una rotonda le vi Estaba paseando con un señor.
Grité a mi madre entre lagrimas que parara el coche que estaba allí.
-¡¡MAMÁ!! ¡¡PARA!! ¡¡ESTA
AHIIII!! ¡¡PARAAAAA MAMÁ!!
Ni siquiera le
dio tiempo a parar el coche del todo y yo ya había salido del coche
e iba hacia el. Llorando entre una mezcla de alegría y nervios, me
acerque al señor y le dije ¿Este es Odín verdad? Y cuando me
dijo que sí, no pude hacer otra cosa que agacharme y achucharle
después de tanto tiempo. El señor claramente no entendía nada y
cuando mi madre llegó y le explico todo el señor me dijo que si
quería pasearlo yo. Se me subió encima, yo no podía parar de
darle mimos… Les acompañamos hasta la protectora una vez acabado
el paseo y el señor me dejo llevarle yo a su caseta. Así que le
lleve, y me quede allí con el un buen rato hasta que mi madre dijo
que teníamos que marcharnos. ..
Ese mismo verano volví a convencer a
mi madre para que me llevara y volví a llorar al verle. Estaba
precioso. Estaba gordito… ^^ Y ahora siempre que voy al pueblo voy
a verle… y pretendo poder adoptarle algún día y no separarme de
el nunca más.
Porque, de verdad, que nadie puede
entender porque es tan importante para mi. Ni siquiera yo lo
entiendo, pero… le quiero como si fuera mío…
voto!
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ResponderEliminarVoto!! Precioso!!
ResponderEliminarVoto por la historia de Odín
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