Hola de nuevo!! Tras unas vacaciones veraniegas volvemos a la carga con nuestro Blog!. En esta ocasión os traemos un relato escrito por Ana Belén, una adoptante de un gatito adulto que recogió en una perrera. En este relato nos narra cómo vivió ella esa experiencia. Gracias Ana Belén por compartir con nosotros tu vivencia
"Qué siente uno al ir a la perrera, la verdad que no es
agradable, porque la satisfacción de salvar a un animalito se te va muy rápido
al quedarte con el mal sabor que te genera el ver a tantas, pero tantas,
caritas tratando de llamar tu atención de una u otra forma, en el caso concreto
de los gatos que fue al área a la cual tuve acceso, algunos están mejor que
otros, algunos están en gateras algo amplias con rascadores y salida al patio,
otros están mal, porque están en jaulas dentro de una habitación, aunque le
tienen una camita pequeña, no deja de ser una mínima jaula de cemento que
en verano se mueren de calor y en invierno de frío. Pero es que hay decenas,
decenas y decenas de gatos adultos y pequeñitos.
Hay casos, que han entrado a la perrera con pocas semanas de vida o incluso han
nacido enjaulados y pasados años siguen allí y esto dando gracias que no los
han sacrificado, pero como todo en este mundo y al igual que sucede con el ser
humano parece que se resume en cuestión de nacer en el momento y sitio
adecuado, ¿qué si esto se puede cambiar en el caso de las mascotas,? la verdad
que sí y lo comentaba el otro día con mi prima que también adoptó hace 3 años a
un grandullón de la perrera, ella me decía que si la mayoría de las
personas adoptará a uno sólo, sólo a uno ya sea perro o gato, incluso otras
especies, el panorama de las perreras sería mas alentador, yo en cambio le decía
que no pido tanto, simplemente pediría algo que para mi es elemental, de
consciencia común y es el hecho de que la poca gente que asume el compromiso de
adoptar/recoger a un animal que no lo vuelvan a abandonar, que esa gente que le
abre las puertas de su hogar, que hace que el perro/gato/cobaya/conejo/tortuga
forme parte de su hogar simplemente no lo abandone.
En la perrera que visité, la verdad que la gente ha sido muy amable y pude
comprobar que a los cuidadores que conocí tienen amor por los animales, pero
lamentablemente no todo el personal que labora tiene la misma inclinación,
porque hasta cazadores trabajan en estos sitios, mejor no entrar en este tema
porque hay mucha tela que cortar.
El gato que adopté, un abuelete de color negro con pocas posibilidades dentro
de la perrera, traía algo insólito y es que lo dejaron en la perrera con el
collar y placa incluidos, para mi esto es insólito, al ver el número telefónico
grabado en la plaquita no dudé en llamar, no se si fue por curiosidad o por indignación,
pues a mi llamada ha respondido una mujer y me ha contado que el gato era de
ella, que el abuelete tenía 11 años aproximadamente, me resumió la
historia de siempre que cuando tuvo a las niñas el gato pasó a manos del
abuelo y ahora que el señor ha fallecido pues la solución ha sido el gato a la
perrera y encima ha tenido la cara de decirme que estaban preocupados por el
gato, se preguntaban que cómo estaría, lo que lamento de haberla llamado es que
ahora en cierto modo al saber que el gato ha sido adoptado "se le ha
quitado el peso de encima", aunque dudo que gente así tenga remordimiento
de consciencia.
De mi bello Rufo (así lo llamo) ya está completamente adaptado, aunque la
verdad creo que no tuvo período de adaptación, él simplemente salió del trasportín
y fue como si conociera la casa, los perros y a todos nosotros.
Por mi parte sigo pensando en otros gatos que por una u otra razón me fijé en
ellos, una en especial una gatita Carey adulta, que la pobre dudo mucho que
salga algún día de la perrera"
¡Gracias Ana Belen!
ResponderEliminarQué carta tan conmovedora y qué cierto lo que escribes. Yo también pienso lo mismo, si cada persona adoptase un sólo animal, cuanto sufrimiento se ahorraría y amor podrían aportar a esas personas.
ResponderEliminarY lo dice alguien que actualmente tiene 3 perras adoptadas y 4 gatos recogidos de la calle.
Animaros a adoptar!