domingo, 12 de octubre de 2014

GATOS POR EL MUNDO. CROACIA.

GATOS POR EL MUNDO
CROACIA 
Por Cristina G.


¿Conoces Croacia? Yo no había oído hablar de este estupendo país hasta hace bien poco. Resulta ser uno de los destinos turísticos más en auge, debido a su clima mediterráneo y sus impresionantes costas. Es un país con forma alargada, donde la mayoría de sus más de 4 millones de habitantes deben habitar en la costa o en alguna de sus innumerables y bellas islas.


Durante mi viaje pude disfrutar de los mandarinos y granados con sus frutos, de los viñedos, de sus fantásticas aguas y tranquilos paisajes. Y entre toda esta belleza, estaban los gatos.
Había gatos por las calles y sitios resguardados donde se veía que les alimentaban. Parecen algo diferentes a los gatos españoles porque daban la impresión de ser más chatos de cara y más pequeños de cuerpo. Pero si hay algo que me llamó la atención era la tranquilidad que demostraban ante las personas. No salían corriendo, ni se asustaban si pasabas a su lado. Tampoco esperaban que les acariciases demasiado, sólo querían seguir donde estaban, siguiendo el ritmo de su propia vida.

Paseando por las calles de la ciudad Porec encontré un refugio muy peculiar. En una especie de gran patio de una pequeña casa había un recinto cerrado con verjas de barrotes, con espacios para gatos y perros, que descansaban tranquilamente en sus dominios. Algún gato estaba tomando el sol fuera de las verjas, pero no eran amigos de muchas caricias. Parecían dueños y señores de sus propias vidas. En este refugio disfrutaban de múltiples puntos de alimentación y agua, así como zonas de descanso.


Parecía un poco destartalado, pero me quedé con la impresión que alguien vivía con ellos. En la puerta había cuadros de felinos en gran tamaño y una nota explicando que se trataba de un refugio donde se cuidaba a los animales y se solicitaban donaciones para seguir con dicha labor.
Es difícil confirmar si los gatos estaban esterilizados o no, pero el aspecto de su pelaje y su condición corporal eran buenas. En otros lugares vi gatos que no estaban esterilizados y gatitos con ojos enfermos pero preguntando a la gente, por todo el país, no tenían mucho conocimiento sobre la existencia de albergues felinos. Finalmente encontré un albergue canino en la ciudad de Dubrovnik, en lo alto de una colina con bonitas vistas sobre la bella ciudad. Había más de 300 perros en diferentes parcelas. No todos estaban esterilizados y había algunos enfermos. La gente fue muy amable conmigo y les alegró tener a alguien que les ayudase a retirar las heces de los perros. Dediqué unas horas de mis vacaciones a colaborar con ellos y sentí que mis vacaciones me habían enriquecido de una manera especial. Algo tan sencillo como eso era una gran ayuda ante tantísimos perros. Los gatos recogidos estaban en casa de la persona responsable del centro, según me dijeron. Pero me dieron mucha pena porque había perros preciosos, juguetones, cariñosos, y otros enfermos, con heridas, delgados.

Creo que debemos concienciarnos de lo importante que es el control de la cría indiscriminada, ya que muchos de esos animales criados en casas particulares, en la calle, etc acaban en centros donde son poco más que un número en las estadísticas para toda su vida.

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